Para los adultos animadores o responsables scouts, la felicidad a menudo proviene de ver el impacto positivo que tienen en los jóvenes. Más allá de la satisfacción personal de marcar una diferencia, muchas alegrías surgen de la conexión, la comunidad y los aspectos simples y divertidos de la experiencia scout. El fundador del escultismo, Robert Baden-Powell, escribió célebremente que «la verdadera manera de alcanzar la felicidad es hacer felices a los demás». 

 Libera tu corazón del odio: Fomenta la cohesión grupal 

En lugar de simplemente dejar atrás los rencores a nivel personal, un animador scout debe gestionar activamente la dinámica del grupo. 

  • Fomenta el perdón entre los scouts: media los desacuerdos y da ejemplo de reconciliación positiva, ayudando a los scouts a resolver conflictos y superar los sentimientos negativos entre ellos. 
  • Libérate de la necesidad de tener un control perfecto: acepta que no todas las actividades saldrán perfectamente. Deja atrás la frustración cuando los planes cambien y céntrate en las lecciones que se pueden aprender de lo inesperado. 

 

Libera tu mente de las preocupaciones: Planifica y prepárate eficazmente 

Preocuparse puede ser un desgaste significativo para un animador adulto responsable de la seguridad y el bienestar de los demás. 

  • Invierte en la preparación, no en la ansiedad: Minimiza la incertidumbre preparando meticulosamente las actividades del grupo scout, incluyendo planes de contingencia. Una buena planificación es el antídoto contra la preocupación. 
  • Separa la responsabilidad de la culpa: Como líder, es importante asumir la responsabilidad del grupo, pero no de cada pequeño error que cometa un scout. Fomenta la resiliencia en los muchachos permitiéndoles aprender de sus propios errores en un entorno de apoyo. 

Vive con sencillez: Céntrate en la experiencia scout 

El escultismo está arraigado en una sencillez que conecta a las personas con la naturaleza y entre sí. 

  • Abraza la esencia del escultismo: Cambia el enfoque de las excursiones e insignias superelaboradas hacia la alegría sencilla de experiencias compartidas como fogatas, caminatas y actividades de construcción de equipo. 
  • Enseña y practica la austeridad: Vive la Ley Scout de ser “austero” modelando la creatividad y el buen uso del tiempo, del dinero y de los recursos naturales. 

Da más: Comparte liderazgo y conocimiento 

Dar, en el contexto de un animador scout, va más allá de la simple caridad: implica empoderar activamente. 

  • Empodera el liderazgo juvenil: Un principio clave del escultismo es que sea dirigido por los jóvenes. Delega responsabilidades y la toma de decisiones en los propios scouts. Esto les da sentido de pertenencia y permite compartir la carga. 
  • Promueve actos de servicio: Da ejemplo participando en proyectos de servicio comunitario con tu grupo. Esto refuerza los valores del escultismo y genera un sentido de propósito compartido. 

Espera menos: Gestiona tus expectativas respecto a los jóvenes 

Los niños y adolescentes son impredecibles por naturaleza. 

  • Celebra el progreso por encima de la perfección: Ajusta tus expectativas a la edad y nivel de habilidad de tus scouts. Reconoce y celebra su crecimiento y esfuerzo, en lugar de exigir resultados impecables. 
  • Lidera escuchando: En lugar de imponer expectativas al grupo, da voz a los scouts en la planificación de actividades y en la toma de decisiones. Esto fomenta el respeto mutuo y genera experiencias más enriquecedoras. 

Cultiva la gratitud: Encuentra alegría en el progreso y en las pequeñas victorias 

Es fácil que los animadores se enfoquen en los retos y olviden los momentos positivos. 

  • Reconoce y aprecia el esfuerzo: Reconoce públicamente las contribuciones de cada scout, padre y consiliario. Esta gratitud fortalece la comunidad y refuerza el comportamiento positivo. 
  • Revive recuerdos significativos: Comparte historias personales de acampadas memorables y logros pasados con tus scouts. Esto ayuda a todos a recordar y valorar el camino recorrido.