INTRODUCCIÓN

Hoy da comienzo el adviento, tiempo de espera, tiempo de vivir con el corazón mirando a Dios, pero con los pies firmes en la tierra. ¡Como debería vivir un scout cada día! En un mundo en el que lo queremos “todo, de manera inmediata,” este período litúrgico nos invita a ralentizarnos y a permanecer mucho más unidos a Dios, quien sostiene el mapa para guiarnos hacia la plenitud de la vida que nuestros corazones tanto ansían.

EVANGELIO

En el evangelio del primer domingo de adviento, encontramos tres versículos que, a mi parecer, son de gran valor para nuestro viaje scout y de adviento:

  • Erguíos y levantad la cabeza
  • Cuidad que vuestros corazones no se carguen de letargo
  • Velad en todo momento y orad

ERGUÍOS Y LEVANTAD LA CABEZA

Esta frase nos invita a no dejar que el desánimo se siente a nuestra mesa, a no dejar que anide en nuestro corazón. Menciona dos acciones que deberían sacarnos de un estado de letargo y apatía:

  • “Erguíos”: una firme invitación a darle un nuevo impulso a la vida y a no permanecer desconsolados o desanimados por las numerosas batallas diarias, las decepciones y la fatiga.
  • “Levantad la cabeza”: nos invita a dejar de deambular viendo cada día pasar y nos llama a ir más allá, a ver y a vivir cada día como un regalo en el que podemos actuar en nombre de Dios, a pesar de nuestros defectos y debilidades. El Señor nos anima a realizar buenas acciones todos los días, no solo en el escultismo. Sed embajadores de esperanza en vuestras familias, escuelas, trabajos, con vuestras amistades…

CUIDAD QUE VUESTROS CORAZONES NO SE CARGUEN DE LETARGO

Estas palabras expresan la ternura que nos profesa Dios a cada uno de nosotros. Jesús no nos pide grandes esfuerzos, muestras ni acciones para conseguir cosas extraordinarias. Nos pide que hagamos de la vida ordinaria algo extraordinario gracias a su presencia en nuestros corazones. Jesús quiere convertirse en nuestro refugio seguro, cálido y firme. Esta frase también nos invita a distanciarnos de aquellas cosas que nos ralentizan y que nos vuelven esclavos de la vida:

  • Pensad en aquellas cosas que os dificultan la vida.
  • Identificad aquello que no os da vida, sino que os fatiga.

No tengáis miedo de miraros a vosotros mismos a los ojos ni de decidir cambiar el rumbo de vuestra vida por uno más pleno, lleno de paz interior. Pero tened cuidado: este camino debe seguir la voluntad de Dios, y no la de vuestro propio ego.

VELAD EN TODO MOMENTO Y ORAD

Una invitación extraordinaria más a vivir el adviento en su plenitud. Otras dos acciones que se convierten en pilares de la fe:

  • “Velad”: siendo centinelas, siendo scouts en el pleno sentido del término, los jóvenes no se dejan seducir por la noche, la oscuridad de la vida ni las ideas negativas del mundo. Jóvenes que velan, con la seguridad de que llegará un nuevo amanecer, un nuevo día; dicho de otra forma, jóvenes que nunca pierden la esperanza y son un faro de luz y esperanza. Pero cuidado: para ser instrumento de esperanza, antes debe uno recibirla. La fuente, la semilla de la esperanza, es el tiempo que pasamos con Dios.
  • “Orad”: reforzar nuestro diálogo con Dios. Perdemos mucho tiempo en cosas inútiles (redes sociales, chismes, desidia…), y aún así parece que nunca hay tiempo suficiente para rezar. Aceptad esta invitación; encontrad tiempo para orar. Porque rezar no es solo hablar con Dios, es también concederle tiempo para hablar contigo y por ti. Todos debemos sentirnos apoyados, bienvenidos y amados por Dios.

CONCLUSIÓN

Feliz año litúrgico y feliz adviento, un viaje que da comienzo hoy. Un viaje en el que iréis bien acompañados y para el que Dios ha preparado vuestra mochila con estas acciones del evangelio de hoy: erguíos, levantad la cabeza, cuidad, velad y orad. Haced buen uso de ellas y manteneos siempre alerta, porque la fe es la luz que os ayudará a ser scouts siempre listos.