El diálogo interreligioso en Burkina Faso se revela como una dinámica de cooperación multisectorial, caracterizada por relaciones pacíficas y fraternales entre el cristianismo, el islam y las religiones tradicionales. Este diálogo destaca a la nación («burkindlem») como un bien precioso a proteger, convirtiendo así a la religión en una herramienta al servicio de la paz, la coexistencia y la reconciliación.
En este espíritu, se lanzó el «Proyecto de diálogo intercultural e interreligioso para los jóvenes de Burkina Faso (PDIIJ-BF)». Iniciado por el Consejo Nacional del Escultismo Católico (CNSC) y apoyado por la Fundación Sevin, este proyecto tiene como objetivo reunir a 100 jóvenes, scouts y no scouts, de todas las confesiones religiosas, incluidos los adeptos de las religiones tradicionales, así como líderes religiosos. El objetivo es fortalecer las capacidades de los jóvenes para dialogar de manera constructiva y promover valores de respeto, tolerancia y paz.
La capacidad de los jóvenes para dialogar, escuchar y aprender de los demás es crucial para construir un futuro de paz y comprensión mutua. Como scouts y no scouts, tienen la oportunidad de convertirse en embajadores de la tolerancia y la inclusión, demostrando al mundo que, a pesar de sus diferencias, pueden vivir juntos en respeto y armonía.
El lanzamiento del proyecto se llevó a cabo del 14 al 15 de junio de 2024, en Ouagadougou, en el Centro Nacional Cardenal Paul ZOUNGRANA. En el programa de este lanzamiento, se organizaron dos paneles: el primero sobre los «principios y desafíos del diálogo interreligioso en Burkina Faso» y el segundo sobre «el diálogo interreligioso e intercultural al servicio de la paz y el desarrollo». Estos paneles fueron seguidos por talleres prácticos en torno a dos temas: «La parentela de broma, cemento de cohesión social y convivencia armoniosa» y «Rol y lugar de la juventud en la promoción del diálogo intercultural e interreligioso». Estos talleres permitieron a los participantes poner en práctica los conceptos desarrollados durante los paneles.
De regreso en sus comunidades, estos jóvenes, agrupados en la plataforma digital de facilitadores de la paz y el diálogo, continuarán su aprendizaje y se comprometen a organizar actividades para movilizar a los miembros de sus comunidades en torno a los temas de paz, tolerancia y diálogo interreligioso e intercultural. «La riqueza de la diferencia es un tesoro invaluable». En un mundo donde las fronteras culturales y religiosas pueden a veces dividir, es esencial reconocer que cada individuo aporta una perspectiva única, una historia singular y talentos propios. El entusiasmo y la implicación manifestados por los participantes durante el lanzamiento muestran que este proyecto de diálogo intercultural e interreligioso es un modelo de coexistencia pacífica y respeto mutuo que debe perpetuarse.