Soy Juliette Blanc, representante joven de la CICE y responsable de pioneros en Scouts et Guides de France; también estuve presente en la peregrinación de Fátima a Lisboa organizada por la CICE con motivo de la JMJ de Lisboa 2023.
Mis expectativas
Me alegró mucho que se me invitase a representar a la CICE en este congreso y acepté enseguida sin conocer realmente los detalles del evento. Por lo tanto, no tenía muchas expectativas, puesto que era la primera vez que participaba en un congreso semejante.
Por otra parte, me alegró que la Iglesia estuviese dispuesta a invitar a scouts que sean probablemente menos practicantes que los responsables de otros movimientos o asociaciones católicas. Acepté representar a los scouts para poder aportar a las conversaciones nuestro método educativo, además de una dimensión pluriconfesional. También me interesaba conocer la postura de la Iglesia en cuanto a la educación religiosa que ofrecemos para personas laicas y quería dar con puntos de reflexión para ayudar y acompañar a jóvenes scout de todo el mundo en las preguntas que se plantean respecto a la Iglesia y el mundo.
Lo que más me ha marcado durante el congreso
Ciento diez países representados por más de trescientas personas, todas jóvenes. Las conversaciones fueron animadas, todo el mundo se mezclaba y los debates estaban a la orden del día; tuve la ocasión de tratar numerosos problemas que me afectaban. Me encantó constatar que se trataba de una Iglesia abierta a las preguntas que se plantea actualmente la juventud, especialmente en materia de ética.
Se llevaron a cabo reuniones de puesta en común en las que pudimos hablar sobre las grandes temáticas del congreso. De ahí salieron ideas muy interesantes, en especial sobre el lugar que debemos concederle a la juventud en el seno de la Iglesia. Los curas defendían la cesión de la palabra a la juventud y no hablar en su lugar. El papel de la pastoral de jóvenes es apoyarlos en sus proyectos y permitir que actúen por cuenta propia. La Iglesia comparte un mensaje de esperanza que ayude a la juventud a no abandonar en situaciones difíciles.
Hay que tomarse en serio a las personas jóvenes, que se enfrentan actualmente a problemas importantes. Pero estos problemas varían dependiendo de cada país, puesto que las realidades son muy diferentes cuando se vive en Europa con respecto a cuando se vive en África, América del Sur, Asia, etc. Por lo tanto, las pastorales deben organizarse de manera diferente. Además, el mundo cambia y las realidades de la juventud ya no tienen que ver con aquellas a las que las personas adultas se enfrentaron durante sus años de juventud. En este contexto, se ha visto lo importante que es el apoyo a las personas jóvenes mediante un acompañamiento espiritual individual. Pero para gestionar bien este acompañamiento, la Iglesia se tiene en la actualidad un desafío: reestablecer el vínculo de confianza entre la juventud y la institución.
Y, por supuesto, no puedo no mencionar mi encuentro con el Papa Francisco. El pasado sábado me presenté delante de él y le pedí que bendijese a los scouts de todo el mundo. Es una maravilla ver hasta dónde nos puede llevar el escultismo. Durante esos instantes, recordamos nuestros primeros momentos en el movimiento y, sobre todo, las que eran nuestras principales preocupaciones, que se resumían en: ¿cuál será el gran juego de la tarde? ¿Conseguiremos luchar con palos en el bosque sin que nos vean nuestros jefes scout? ¿Habrá malvaviscos después de la velada? A medida que crecemos, nos vamos concienciando poco a poco de que pertenecemos a un movimiento que se inscribe en el tiempo y el espacio. Nos cuentan historias sobre grandes figuras políticas o científicas y se nos explica el impacto que ha tenido el escultismo en ellas. Así, vamos entendiendo progresivamente la finalidad del escultismo y el verdadero objetivo del compromiso scout. Es precisamente en este contexto en el que asumí mis responsabilidades como jefa scout y me formé para ello, y en el que transmito las competencias y, en especial, los valores que he aprendido a lo largo de mis años como joven y más adelante como jefa (pues nunca se deja de aprender, que no te engañen).
Sin embargo, el escultismo ha adquirido, para mí, otra dimensión, ya que no vine como responsable de mi unidad de pioneros, sino como representante de la CICE. El escultismo va más allá de los valores que me enseñaron y que enseño yo hoy, puesto que llega a 174 países y lo practican 57 millones de personas del mundo entero. Nos hemos reunido, todos y todas nosotras, por la Ley Scout que nos permite compartir el mismo método scout. En este contexto, no se puede dejar de lado la espiritualidad. Las conferencias, como la que yo representaba, desempeñan un papel crucial a la hora de ayudar a los y las jefas scout a comprender los principios universales del escultismo, para que puedan acompañar mejor a las personas jóvenes.
Las preguntas que me han surgido
Durante este congreso, también me han surgido algunas preguntas, especialmente en relación con el lugar que ocupan los grandes eventos organizados por la Iglesia para la juventud. Dedicamos todo un día a evaluar la JMJ de Lisboa y la preparación del Jubileo de Roma en 2025, así como de la JMJ de Seúl en 2027. No obstante, las conversaciones tendieron a centrarse más en felicitaciones y meras observaciones, sin que se evaluase realmente ni se llevase a cabo un estudio de impacto de este tipo de eventos. Sería interesante plantearse cuál es el interés hoy en día de estos eventos que reúnen a millones de personas, sobre todo porque la energía que invierten las comunidades, conferencias episcopales y movimientos es considerable. No sabemos cuál es el impacto individual que este tipo de eventos tiene en los participantes. ¿A qué conclusiones han llegado? Pero también, ¿qué impacto tienen sobre el país y la población que los acogen? Estas preguntas siguen sin respuesta.
Como he explicado antes, vine a este congreso con varias preguntas y la voluntad de presentar mi visión tanto positiva como negativa de la Iglesia. Me ha apenado ver que no se le daba mucha importancia a las personas jóvenes durante el evento. Ninguna de las personas ponentes era “joven”, y a priori no estaba previsto cederle el escenario a las palabras y preguntas de la juventud. Por todo ello, he tenido la impresión de que se hablaba por nosotros y nosotras, y que algunos de nuestros problemas que se trataban no eran, en mi opinión, del todo exactos. Por ejemplo: no pudimos hablar de los problemas éticos y morales a los que se enfrenta la juventud laica hoy en día. Es una pena que la Iglesia tenga actualmente una imagen de burbuja en la que no se puede entrar si no se comparten ciertas de las posturas que reivindica. Sin embargo, se habló en varias ocasiones del Sínodo y la Iglesia quiere proyectar una imagen sinodal que se plantea preguntas sobre su pasado y que quiere conseguir horizontalidad cediéndole la palabra al conjunto de personas laicas. ¿Qué puede hacer para deshacerse de esa fachada y mostrar que está abierta a las diferencias?
Conclusión
He de confesar que al final de esta semana me invadió una alegría inmensa. Está claro que el haber visto al Papa ha contribuido considerablemente, pero no puedo ignorar el impacto que ha tenido sobre mí el hecho de que la mayoría de participantes demostrasen tanta apertura respecto a mis interrogaciones. Al ir a este congreso, me preocupaba mucho el tipo de personas que me iba a encontrar. Pero me ha encantado conocer a curas, obispos y laicos comprometidos con un auténtico enfoque sinodal. No obstante, a la Iglesia aún le queda camino por recorrer si quiere conseguir una imagen más positiva de cara al público. La Iglesia avanza en materia de apertura y está entrando en una fase de reforma verdadera; esto ya se veía en la propia presencia de personas jóvenes durante el congreso. ¡Ya va por buen camino!
Agradezco a la CICE que me haya invitado a participar en este congreso; fue todo un orgullo representar a los scouts frente al Papa. Creo que este congreso puede darnos unas pistas interesantes a la hora de proponer un acompañamiento espiritual pluriconfesional a los scouts del mundo entero. La CICE desempeña un papel importante en la liberación de la palabra de cara a nuestro primer pilar: el compromiso con Dios.
Me gustaría terminar esta carta recordando las palabras del Padre Jacques Sevin, fundador de la CICE: “Tu prójimo no son solo los scouts, ni tus conciudadanos, ni quienes hablan tu mismo idioma y han nacido en el mismo lado del río que tú. Son todas las personas”.